Rodrigo Sánchez y Lautaro Schlottauer articularon dos ingredientes elementales para un buen emprendimiento: amistad y profesión. De aquí surgió “Lotus Implementos Agrícolas”, con un único objetivo: ser la solución para pequeños productores, cuya escala productiva no permite amortizar la compra de la maquinaria agrícola que se necesita para trabajar en el campo. ¡Veamos de qué se trata!
Rodrigo, de profesión Ingeniero agrónomo, y Lautaro, ingeniero mecánico, ambos oriundos de Urdinarrain, trabajan en un proyecto dedicado al pequeño productor: fabrican implementos agrícolas para aquellos productores que trabajan a pequeña escala, entre 10 y 40 hectáreas principalmente.
Dicho proyecto cuenta actualmente con dos implementos a la venta: la sembradora Lotus 115 12 VOLTS para montar en camionetas, tractores y cuatriciclos, apta para sembrar o fertilizar al voleo, con capacidad para 115 litros (lo que equivale a aproximadamente entre 60 y 70 Kg de semilla o fertilizante). Y la pulverizadora Lotus 12 VOLTS que permite aplicaciones de insecticidas, herbicidas y fertilizantes foliares. Ambas diseñadas para optimizar la producción, ahorrar tiempo y no depender de servicios tercerizados.
¿Cómo nace la idea de este emprendimiento? ¿Cuál fue el primer paso?
La idea surge a partir de la implementación de la ordenanza N° 1113/16 en la ciudad de Urdinarrain, la cual establece una “Zona de Resguardo Ambiental”, conformada por la planta urbana o núcleos poblacionales (donde habiten personas permanentemente) con un radio de 600 metros en el cual se prohíbe la aplicación de productos agroquímicos y/o plaguicidas.
“Esta zona incluye también a aquellas zonas rurales donde aún vive gente, por lo tanto la zona de prohibición se extiende aún más, llegando a incluir unas 5000 hectáreas en total aproximadamente. Entonces el productor que tenía lotes productivos alrededor de la ciudad o el productor que arrendaba lotes en esa zona, se encontró con el problema de no poder seguir haciendo su actividad como lo venía haciendo, y las soluciones posibles ante este escenario eran volver a producir de la forma convencional o volver a la ganadería. Ocurrió que quienes alquilaban esas tierras para producir, dejaron de hacerlo y el dueño del campo dejó de percibir esa renta. Pero además, la problemática se encontraba en que si el dueño de esas tierras quería producir, no tenía la maquinaria para hacerlo en esas pocas hectáreas y cuando buscaban a alguien para que le vaya a sembrar, nadie iba porque era muy poca superficie, por ejemplo 5 Ha de avena. Así se perdían las condiciones óptimas para sembrar: fecha de siembra, lluvia, humedad, etc., y tampoco ese dueño de campo tiene la espalda quizás para comprar un tractor y una sembradora y hacerlo el mismo, tampoco lo amortizaría.
En función de ese problema, surge este proyecto: pensando siempre en el pequeño productor”, cuenta Rodrigo recordando los orígenes del proyecto.
¿Cómo se formó el equipo de trabajo? ¿Cómo fue evolucionando?
Rodrigo comienza a pensar en esta propuesta (a raíz de la ordenanza implementada) en el año 2018, momento en que traslada la idea a Lautaro. Con el acompañamiento de su amigo en 2019 lo comienzan a desarrollar y a principios del 2020 surge la primera venta.
Se empezó con una inversión propia, sin esperar ninguna redito económico, pero el resultado fue positivo: “la publicamos y se vendió”.
Entonces comenzaron a pensar en modelos nuevos, mejorando sus características, como por ejemplo el aumento de volumen de capacidad.
“Mientras tanto, cada uno seguía en sus respectivos trabajos y en los tiempos libres nos dedicábamos al proyecto. Así se fue avanzando, el primer año vendimos 4 sembradoras, el segundo año se vendieron 6”.
Finalizando el año 2021 deciden hacer una matriz propia cambiando chapa de acero por tolva de plástico (rotomoldeo). De este modo se alivianó mucho la máquina, pasando a ser más moldeable y práctica.
“Al principio se pedía un 50% del valor para la compra de materiales y luego con la entrega se pagaba el resto. Todo lo que se vendía se reinvertía, hasta que se empezó a generar stock. Se accedió a un crédito para emprendedores de Nación a tasa cero, donde se tuvo que presentar el proyecto para acceder, con el cual realizamos la nueva matriz y compramos materiales para stockear.
A medida que íbamos vendiendo y teniendo feedback con los productores, fuimos viendo que nuestro producto tenía más alternativas de uso que las que nosotros nos habíamos planteado: nos comenzaron a comprar para usar en canchas de futbol, para las pasturas entre frutales para producción ovina, entre otras.
También nos plantearon que era una buena solución para los contratistas que tenían que mover la maquinaria por pocas hectáreas, lo que resulta tedioso”.
¡El BOOM del proyecto! ¿A cuántos lugares han llegado con las ventas?
El crecimiento exponencial llegó entre 2022 y 2023, donde pasaron de vender entre 5 o 6 máquinas por año a vender 5 o 6 máquinas por mes; y hoy en día llevan vendido más de 165 a lo largo de todo el país. Rodrigo comenta que este “boom” se debe en gran parte al éxito que han tenido los implementos entre los productores, y el boca a boca entre ellos, lo que posibilitó también las mejoras que se han hecho sobre los productos ofrecidos, sobre todo la sembradora que es la más vendida, porque lleva más tiempo en el mercado (la pulverizadora se implementó recién el año pasado).
También se comenzó a participar de distintos eventos, entre ellos los encuentros sobre agroecología. En estos últimos hicieron contacto con profesionales del INTA que, a través de la difusión, propulsaron fuerte el proyecto.
También Rodrigo suma que invertir en profesionales del marketing les dio excelente resultados, dando a conocer la marca con otras herramientas que motivaron las ventas, sobre todo fuera de la provincia: han llegado a Mendoza, Río Negro, Chaco, Tucumán, entre otras, incluso los han visitado de países vecinos.
“Nuestra curva de ventas se focaliza con un fuerte incremento durante los meses de febrero a junio, ya que es época de sembrar pasturas, luego decrece, para volver a incrementarse de septiembre a octubre”.
¿Tienen en mente algún otro proyecto o por el momento solo se dedican a comercializar lo que tienen? ¿Cómo van detectando las necesidades del pequeño productor?
“En este momento nos dedicamos a, no solo comercializar lo que ya tenemos, sino que lo seguimos mejorando, sobre todo porque como te comentaba surgieron nuevos usos para los implementos que no nos imaginábamos. Pero también estamos pensando y probando nuevas ideas que van surgiendo del contacto continuo con productores. Como actualmente sigo trabajando por mi cuenta asesorándolos, de ese contacto y del trabajo continuo, obtenemos buena información para el proyecto y sus mejoras”.
¿Cómo es el asesoramiento/acompañamiento?
“Los productores de la zona que tienen la posibilidad, vienen antes de adquirir el implemento y ven cómo funciona, se hace una demostración; en cambio el cliente que viene de más lejos, recibe un asesoramiento on line, igual que el servicio post venta. En productores de la zona, el servicio es más personalizado, uno puede ir hasta el campo y brindar un mejor servicio, ayudarlos con la puesta en marcha”.
Rodrigo atiende consultas respecto a la parte agronómica y Lautaro atiende las consultas sobre el funcionamiento mecánico.
¿Cuál es el próximo objetivo?
“Hoy en día el mercado de maquinaria está pensado para el productor grande, mientras que el pequeño productor se convierte en un nicho interesante, que hasta ahora está marginado, también por esto fue que pensamos en este proyecto. Pero hoy nuestro objetivo, ya que tenemos un producto consolidado, es salir del país con las ventas. Tuvimos visitas del Uruguay, pedidos de Bolivia, Paraguay, México, pero no pudimos concretar por problemas aduaneros de importación y exportación; estamos esperando que se solucionen eso temas para poder activar esos negocios”.
Para finalizar… ¿conclusiones sobre el proyecto?
¡Un gran proyecto!
“Nos fuimos dando cuenta que nuestros productos tienen un abanico más grande de usos y eso nos abrió muchas puertas: no solo en qué ámbito usarlo, sino además se pueden aplicar productos diferentes a los que teníamos pensando.
Arrancamos hace poco, armando las maquinas en un garaje, en los tiempos libres de cada uno; vendiendo a través de Marketplace (Facebook).
Hoy estamos alquilando galpón, con objetivo de ampliarlo, y además ya constituimos una sociedad de hecho.
Logramos costos muy accesibles, ya que podemos comprar materia prima en cantidad, tenemos métodos de financiación, y ventas por mercado libre. Sumado a que estamos tratando de trabajar con distribuidores de maquinaria agrícola, que tengan la opción para pequeños productores y poder llegar más lejos”.
De a poco pero a paso firme, con esas palabras cierra esta breve nota Rodrigo, orgulloso junto a Lautaro, del resultado obtenido de la mezcla profesión y amistad.
Por Florencia Dutruel